Carolina Marín, un oro que pedía a gritos
Carolina Marín completó la triple corona del bádminton proclamándose campeona de Europa, del mundo y ahora olímpica. La onubense entró por la puerta grande en la historia del deporte español con una épica victoria (19-21, 21-12 y 21-15) sobre la india Pusarla Venkata Sindhu que, como ella, no había perdido ningún set en todos los Juegos Olímpicos y acabó hincando la rodilla.
Las dos jugadoras protagonizaron una tremenda batalla en un Carioca Arena 2 abarrotado. La española partía como favorita con su juego de red y su gran defensa como estandartes, mientras que la jugadora asiática presentaba una tremenda pegada desde el fondo de pista.
En el comienzo del choque, Carolina Marín se mostró mucho más acertada que su rival, limitando sus errores y siendo capaz de sacar rendimiento a cada punto hasta acumular una ventaja de 12-6. Sin embargo, la india reaccionó desde el fondo de pista obligando a la española a correr de un lado a otro y recortando hasta el 16-15. El primer set se lo llevaría quien tuviera los nervios más templados. El volante cayó del lado de una Sindhu que encontró desfondada a Carolina tras un gran esfuerzo inicial.
La española demostró que tiene una cabeza privilegiada y olvidó cómo le había robado el primer set la india. Con una enorme variedad en su juego, Carolina Marín empezó con un 4-0 de inicio para aumentar su ventaja al 11-2 en el descanso del set. Sindhu parecía reservarse para el tercer y definitivo set y así fue. La futura campeona olímpica se apuntó esta manga por 21-12.
En la tercera manga, Carolina parecía dar continuidad a su racha del segundo parcial. Estableció un 6-1, que dejaba a la india al borde del K.O. Sin embargo, su rival empezó a soltar sartenazos desde el fondo de la pista para igualar el partido a 10.
La experiencia de Carolina Marín –bicampeona del mundo y de Europa– se hizo notar en la parte final del encuentro. La española supo exprimir hasta el último gramo de sus fuerzas para poco a poco desfondar a una Sindhu que no tenía fuerzas ni para rematar. La onubense cerró el partido con un 21-15 y pudo gritar y liberarse por haber conseguido el oro que le falta, el oro que pedía gritos.